what a feeling..

si tuviera que hacer el ejercicio mental de contabilizar cuántas veces en mi vida ví esta película, fracasaría en el atolladero de encontrarla, toda, su música, escenas, en incontables recuerdos a lo largo de distintos momentos de mi existencia. se supone que es un clásico de chicas flashdance, como quien dice que Rincón Famoso es un tinto de minita. es una peli poderosa, creo que sí, que de un modo u otro es una peli épica de lo femenino. la sinuosa ruta de una mujer que impone un código distinto al de sus congéneres. que se calza una soldadora, baila en un cabarulo, pero tiene la sensibilidad para amar con despliegue, y, gracias a esa combineta, cobra valor para hacer que tanta irreverencia tenga sentido: se le anima a su pasión. no es una clásica película de baile. ella baila sola. sin galán, el galán la espera a la salida con flores, pero ella le regala una de las rosas a él, sellando con ese signo el nacimiento de una nueva mujer. no hay víctimización, no hay reclamo, ni debilidad en el relato de su carrera hacia la vida; hay un trauma, que va zanjando mediante la acción, sin resentimiento. la contracara de su personaje la encarna la amiga patinadora, criada en un núcleo familiar tipo, impulsada desde arriba al triunfo, incapaz de librarse de su ser hija de eso: cae. cae en la pista, cae en la prostitución y el desamor.

ayer, luego de una ardua sesión de intentar difundir nuestra obra, hablábamos con cecile de las mujeres de ahora. las que son más jóvenes que nosotras, y de nosotras. decíamos, más o menos, que las de ahora perdieron algo de esa cosa más animal, de hembra celosa, capaz de matar a quien se acerque a 20 mts de su macho y, ni que hablar, de su cria. las de ahora no reaccionan a ese olor. o no lo exteriorizan. yo creía que eso era una ganancia, cecile creía que no, que está bueno diferenciarse. otro atolladero.

no entiendo esto de escribir acá. lo hago, periódicamente. ya tomé el hábito y me gusta escribir. pero me vuelvo predecible en las maneras. no es la primera vez que tomo una película, la converso y luego remato con algo que (más o menos forzado) haga de puente con la obra nuestra de cada viernes. también probé este otro camino de la supuesta honestidad. nada me conforma hoy día, y no, no estoy menstruando.